Restablecimiento de la función paterna en el caso de un padre fallecido que no se llegó a conocer

por Alejandro Zarankin

Alejandro Zarankin comparte  otro caso revelador de las posibilidades de significación de la función paterna, desde este modelo de trabajo, aún con un padre fallecido que nunca se llegó a conocer. Fue incluido en el libro de Terapia Vincular-Familiar  de Claudia Messing y colaboradores publicado por Noveduc en 2020. También fue presentado en el Congreso Mundial de Salud Mental de 2019.

Catalina (21 años) llegó a la consulta acompañada por su madre y con el objetivo de aliviar la depresión que sentía. Según entendimos, tenía grandes problemas para concentrarse, lo que le traía dificultades en sus estudios, padecía ideas recurrentes de muerte y una problemática relación familiar con su madre y su hermano.

En los primeros encuentros resultó clara la falta de interés de la joven por el trabajo terapéutico y, dada la intensidad del padecimiento, recomendamos sumar sesiones de psiquiatría donde se le administró un antidepresivo. Al conocer la historia familiar supimos que el padre de Catalina, además de ser bombero, trabajaba en una obra social como administrativo. En un momento fue acusado de estafar a la obra social y en el cuartel de bomberos le retiraron su cargo. El hombre se suicidó ahorcándose en una plaza pública de su ciudad, seis meses antes del nacimiento de Catalina, cuando su hermano mayor tenía cinco años. Durante el velatorio, la madre se enteró que su difunto esposo mantenía en una relación extramatrimonial con una de las enfermeras de su trabajo.

Al conocer esta historia, el objetivo de significar a ese padre para reforzar la función paterna parecía una utopía y el trabajo con Catalina fue muy arduo. El argumento que esgrimía cuando intentábamos avanzar era que a ella su padre le resultaba totalmente indiferente, que nunca le había importado, que como nunca lo había conocido físicamente no le había afectado su ausencia. En este contexto es posible ver “la expulsión” del padre como solución del conflicto que planteaba el dolor de no haberlo conocido.

La madre, por su lado, intentaba mostrar un panorama de familia casi perfecta en el relato de la vida con su esposo muerto, lo que hacía que el tratamiento no avanzara demasiado. Hasta que Catalina le pidió que fuera más honesta, le dijo que no entendía cómo podía tener esta mirada comprensiva sobre padre después de todo lo que le había hecho. Este pedido fue reforzado por nuestra parte y finalmente la madre se decidió a mostrar el dolor y la frustración que sentía por su esposo muerto. Reconoció lo difícil que fue en su momento, los largos años de enojo que tuvo, tanto por la infidelidad como por las deudas que le dejó. Fue entonces cuando Catalina pudo sincerarse con su madre y dijo que el padre siempre le había parecido un “H de P”.

Esa declaración le permitió conectarse muy fuertemente con un sentimiento de angustia pero al mismo tiempo de alivio. Las consecuencias de esa sesión fueron significativas. En poco tiempo Catalina pudo conseguir trabajo y comenzar una relación de pareja. También pudimos comenzar a trabajar sobre sus dificultades para estudiar, lo que le permitió mejorar su rendimiento académico.

Nos resultó claro que el primer paso para significar a ese padre fue cuando pudo pasar de la indiferencia a sincerar el sentimiento de enojo. La imagen que había podido formarse del padre, a quién la perspectiva de una hija por venir no pudo frenar su decisión de quitarse la vida, era de gran debilidad. Sin embargo, no dejaba de ser su padre. En este caso puede verse cómo significar al padre, aunque sea de forma negativa, reforzó la función paterna y le permitió a Catalina avanzar en la esfera laboral, académica y afectiva. Aunque el paso puede haber sido muy duro, ella le dio más lugar a su padre responsabilizándolo de su enojo, antes que negándolo. Todo esto hizo que disminuyera significativamente la depresión, sobre todo se disiparon las ideas de muerte recurrentes y las dificultades para concentrarse, lo que permitió luego de unos meses, retirar el andamio psiquiátrico. Otro cambio significativo en Catalina fue que mejoró mucho la convivencia con su hermano y la relación con su madre.