Testimonios
Testimonio de Juana Lafita, musicoterapeuta en colegios secundarios sobre los aportes del Curso de TVF.
Llegué a la propuesta del curso de TVF casi por casualidad: el rector del colegio secundario donde trabajo envió un flyer de una charla de divulgación que daban por zoom de forma gratuita un sábado. Al conectarme y escuchar la propuesta teórica me conecté inmediatamente. Escuchaba una voz adentro mío que resonaba, diciendo «si, esto es así! Tal cual! Se explica todo».
Toda mi experiencia docente se veía reflejada en estos conceptos: alumnos con falta de registro total de límite, padres poniendo expectativas altísimas en las instituciones y a la vez cuestionándolos constantemente, falta de una autoridad sana, hiperexigencia, escasa tolerancia a la frustración, autosuficiencia, y sobre todo falta de conexión emocional…
Esto sumado a mi maternidad «de estreno» (mi beba nació justo antes de comenzar el curso) y a mis ganas de comenzar a atender como terapeuta me dieron el empuje para comenzar el proceso.
Cada encuentro era una profundización y elaboración inmensa y riquísima, acentuada por la participación de colegas de diversas disciplinas que aportaban su experiencia, historias personales y los aportes de Claudia y Benjamín, que encarnaban todas las propuestas que nos brindaban: calidez, escucha respetuosa y atenta, intervenciones oportunas y equilibradas… encarnaban a la perfección lo visto de la función materna y paterna! Sobre todo rescato la beca que le dieron a una compañera para que pudiera continuar con el curso y el agregar un encuentro más de forma desinteresada para poder finalizar el temario ya que no habíamos llegado con los 12 encuentros previstos.
El curso me abrió la mirada y la posibilidad de tener mucha más compasión, en primer lugar, conmigo misma, mis propios límites y autoexigencias, para poder tener más compasión con mis alumnos y pacientes. Me brindó herramientas concretas para conectar emocionalmente con alumnos que se ofenden cuando no los dejo pintarse las uñas o comer un alfajor en clase, pudiéndoles expresar lo que me hacen sentir, realizando acuerdos, generando un espacio áulico mucho más ameno y humano, conmoviéndonos y conectándonos.
Agradezco enormemente haber participado del curso y ahora estar reuniéndonos con el grupo para generar continuidad del abordaje y poder seguir aprendiendo y poniendo en práctica lo vivido. Ojalá todos puedan darse la oportunidad de conocer sobre esta terapia y recuperar el lugar de hijos protegidos y amados!
Testimonio de Laura Musulman, como docente y tutora, fruto del Curso de TVF.
Trabajo hace veinte años como docente, enseñando Filosofía en distintos colegios, en nivel medio, y algunos menos, como tutora. Los cambios que vengo observando en adolescentes de entre 16 y 18 años me serían totalmente inexplicables sin la comprensión de la “simetría inconsciente” entre los hijos y sus padres. Poder comprender este cambio psíquico estructural que genera la simetría inconsciente, me ha servido para entender a quiénes enseño, a quiénes acompaño en mi tarea educativa. Y esta comprensión ha sido la llave que necesitaba para salir, cada vez más, de la frustración y el desánimo que se genera cuando el encuentro en el aula, no se da.
Parafraseando el título de uno de los libros de C. Messing, muy bien podríamos preguntarnos, “¿Por qué es tan difícil ser docentes hoy?”, ya que, para los que nos entregamos a esta tarea, no es una pregunta teórica: necesitamos responderla para vivir mejor nuestra vocación docente.
En el marco teórico de la Terapia Vincular, pude encontrarla: en la simetría inconsciente de niños y jóvenes, con todo lo que conlleva. Pero, además, y creo que lo mejor, empecé a descubrir un nuevo modo de abordar ese cambio estructural, en el que ganamos todos: estudiantes y docentes.
Si tuviera que sintetizar lo que significó y significa este aprendizaje -porque siempre será conjugado en tiempo presente- sería: educar es menos difícil y más satisfactorio, y por momentos, hasta alegre y divertido. Puedo lograr, con mis más y mis menos, especialmente en mi trabajo como tutora, ese encuentro con los jóvenes, que es el “fueguito” de mi vocación docente, y nuevos recursos para mantener encendida la llama.
Testimonio de Yanina Oggento . Psicóloga A partir del recorrido realizado en el curso, los conceptos explicados y las herramientas ejemplificadas por Claudia Messing y Benjamin Zarankin, senti como fueron movilizandose conflictos de mi vida personal. Pensando en esta idea de recuperar los soportes parentales, logré recordar a mi padre, fallecido a mis 9 años y de alguna manera reconectar con él. A partir de la aceptación del dolor de su ausencia, pude permitirme pensar en él, recordarlo y “reencontrarnos” en mis pensamientos, logrando imaginar situaciones de encuentro y charlas en las cuales él me ofrece su apoyo y contención emocional, y de esa manera estoy sintiéndome mucho más acompañada a nivel emocional mientras transito algunos desafios personales. Por otro lado también logre reconectar con mi madre que aún vive, pero nuestra relación siempre fue conflictiva por su distancia emocional y estoy logrando, a partir de acercarme desde un lugar más comprensivo, entender el desamparo emocional que vivió ella al momento del fallecimiento de mi papá, con una familia que no supo darle lugar a su sufrimiento por lo cual ella tampoco se lo permitió, ni supo acompañar el mio. A partir de una pregunta “¿vos tenias en ese momento con quien llorar y desahogarte?” pudimos emprender una charla muy honesta en la cual comprendí su desamparo emocional y pude comenzar a expresar algunas carencias en mi propia crianza. Al entender la complejidad de su vinculo materno y paterno pude comprenderla y salir del posicionamiento de juzgarla y cuestionarla por no comprender mis necesidades afectivas, y comenzar a explicitar mi necesidad de poner los afectos en palabras, así como pedir los abrazos que necesito y comenzar a movilizar mi posición de autosuficiencia y sobreexigencia, entendiendo que quizás desde pequeña me posicioné en un rol de simetría con ella y nunca la interiorice como un soporte seguro. Claramente entiendo que a partir de un trabajo terapéutico estos cambios en la forma de vincularme con mis padres podría profundizarse con resultados aún más positivos pero no quería dejar de compartir la importancia que este curso tuvo en mi vida y para ayudar a mis pacientes.
Aportes de la TVF a la Orientación al estudiante universitario en Lima Perú. Testimonio de Milagros Zabala. “
La Terapia Vincular Familiar: una mirada humana que trasciende”
En mi camino profesional, encontraba que había algo que no estaba funcionando, había algo que no calaba en los jóvenes con quienes trabajo en el medio universitario. Me hacía muchas preguntas y dudaba si lo estaba haciendo bien; en esta búsqueda y con el deseo de encontrar nuevas “técnicas” que me permitieran un mejor abordaje en el trabajo que realizo, inicié esta aventura de la Terapia Vincular Familiar con muchas expectativas; ésta fue mi primera motivación. En esta búsqueda, llegó a mis manos el libro “Desmotivación, insatisfacción y abandono de proyectos en los jóvenes” de Claudia Messing, libro muy valioso que me permitió descubrir que la Orientación Vocacional no se limitaba a la aplicación de pruebas psicológicas, sino que tenía que ver con todos aquellos conceptos que fui escuchando en las clases e interiorizándolos a medida que los iba comprendiendo.
Al escuchar los temas que Claudia y Benjamín fueron abordando con tanto cuidado, con tanta generosidad, con tanto cariño y respeto, me di cuenta de que estos conceptos iban más allá de la elección vocacional, trascendía a los vínculos más significativos que tiene el ser humano, los vínculos con los padres y no sólo eso, sino trascendía a los abuelos. Esta propuesta permitía comprender desde la Simetría inconsciente, dónde el joven se había quedado “enmarañado” y saber que era posible sacarlo de ese laberinto permitiendo que cada protagonista se hiciera cargo de sus propias demandas, sus propios deseos, sus propias frustraciones y sus propios dolores, desde la posibilidad de reconectarse con sus propios sentimientos y emociones, de recobrar su lugar de hijo, buscando esa mirada protectora que sólo un padre o una madre podría dar.
Comprender el Concepto de Simetría Inconsciente, que aparentemente era muy sencillo; pero que en realidad es un concepto profundo que tiene su origen en esta mimetización inconsciente que tienen los niños con los padres, que hablan y piensan como adultos, sintiéndose en una posición de paridad con los adultos y que no le permite internalizar sus propios límites ni los de los demás, y no se trataba de una imitación sino que en este proceso también podrían asumir vivencias y emociones de posibles traumas del adulto que no le pertenece al niño. En este camino pude encontrar explicación de aquello que no le permite al niño vivir su propia edad, ni disfrutar de su propio desarrollo ni aprendizaje, que todo lo que tiene que saber, no hay nada que no sepa, no necesita que nadie le enseñe, que nadie lo guíe porque “puede solo”, cuánta soledad se refleja en los jóvenes de hoy por estas relaciones simétricas que se establecen y que no le permite diferenciarse.
La posibilidad de diferenciarse es lo que le da crecimiento y continuidad al ser humano; y aprendí que se va logrando en la medida que se aprende a comunicar a los padres las emociones y sentimientos a partir de la posibilidad de reconectarse con aquellos escenarios que podrían resultar dolorosos o frustrantes en algunos casos; tarea difícil porque cada persona tiene su propio ritmo y tiempo.
Después de este tiempo de nuevos aprendizajes que no acaba y tampoco quiero que acabe, puedo decir que la Terapia Vincular Familiar, es una forma humana cálida y respetuosa de comprender y mejorar los vínculos que trascienden las generaciones, de comprender la mirada que tienen los niños y jóvenes de este tiempo, una forma de comprender nuestra sociedad, pero también una forma de revisar mi propia simetría, mis propios vínculos, aquello que me significa y que se repite en los diferentes contextos en los que me muevo y en este camino, encuentro mucho que repensar y seguir elaborando.
Quiero agradecerte Claudia y Benjamín por este espacio tan valioso que nos han brindado con tanto cariño y generosidad, por su escucha, por enseñarnos que la técnica sólo es posible si sobre ella prevalece el vínculo humano. ¡MUCHAS GRACIAS!
Mg. Milagros Zavala Bustamante
Directora del Centro de Orientación de la Estudiante
Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Lima, Perú. Noviembre, 2024
Testimonio de Florencia Burgos, Psicoanalista Miembro del Instituto de Terapia Vincular Familiar, Palma de Mallorca, España.
El curso de Terapia Vincular Familiar ha sido una experiencia transformadora tanto a nivel personal como profesional. Aprendí a comprender las dinámicas familiares y a identificar ciertos comportamientos transgeneracionales que impactan en las relaciones. Las herramientas y técnicas adquiridas me han permitido facilitar la comunicación entre los pacientes y sus vínculos primarios, además del resto de los integrantes de la familia, promoviendo un ambiente de empatía y comprensión.
En mi consulta terapéutica privada, he observado una mejora notable en la conexión entre los pacientes y sus familias. Las sesiones se han vuelto más efectivas, desde una perspectiva más abarcativa y holística en la resolución de conflictos y en el fortalecimiento de sus vínculos. Esto no solo ha enriquecido el proceso terapéutico, sino que también ha llevado a resultados más positivos y sostenibles en la vida de mis pacientes tanto en el ámbito personal como el interpersonal, académico, laboral y social.
En cuanto a lo personal gracias a la Terapia Vincular Familiar pude recuperar el vínculo con mi papá incluyéndolo en mi vida y empezar a contar con su acompañamiento lo que produjo un giro increíble en mi posicionamiento como hija. Mejorando y potenciando así la calidad del vínculo con mi mamá, disfrutando de ambos con sus limitaciones y yo con las mías, pero desde un lugar de afecto y comprensión que hace la vida mucho más saludable. Todo ello produjo un gran impacto en mis proyectos laborales, de pareja e incluso académicos que se encontraban apartados hasta entonces.
Solo tengo palabras de agradecimiento hacia Claudia Messing, Benjamín y Alejandro Zarankin (mi terapeuta y supervisor) por todo su gran trabajo de investigación, implicación y por compartirlo para que podamos proyectar, realizar, sonreír, amar, reparar y vivir con el apoyo y acompañamiento de nuestros padres que es lo que nos permite no sentirnos solos en este mundo.
Testimonio de Maria Eugenia Giayetto. Psicóloga.
El abordaje de la terapia Vincular Familiar nos brinda una mirada renovada y fresca acerca de los vínculos. Nos confronta con nuestra condición de personas hijas de, nietas de, madres de.
De este modo, desde esta perspectiva es posible comprender el universo vincular de otras personas y descubrir a través de la pesquisa de sus historias las rupturas, separaciones, desarraigos, olvidos y todos los puntos donde esa trama se vio dañada. La herramienta invaluable es la detección del protagonista del dolor y la conexión emocional con su trauma, es decir, la posibilidad de afectarnos con ese padecimiento y de contenerlo amorosamente.
Así, esta Terapia nos proporciona el elemento clave: la devolución de los afectos a quien o quienes correspondan y consecuentemente la desarticulación de los síntomas y el restablecimiento de nuestro propio yo.
Testimonio de Alberto Luis Giuliano, Profesor en Filosofía, Psicología y Pedagogía: “Mi experiencia en el Curso de Terapia Vincular Familiar”
En la primera clase del curso de Terapia Vincular Familiar, Claudia Messing y Benjamín Zarankin se refirieron a la situación de aquellas personas cuya capacidad expresiva quedó detenida en el tiempo, como si hubiera sido congelada. Entonces se me llenaron los ojos de lágrimas: reconocí que ésa era mi situación. Sin quedarse en el diagnóstico, mostraron un camino de salida: recuperar la conexión emocional con los propios padres, es decir, recuperar la experiencia profundamente movilizadora de ser hijo.
Como consecuencia de este curso, día a día puedo sentir el afecto de mi padre y expresarle el afecto que siento por él. Puedo valorar, agradecer y encontrar inspiración en las acciones que signaron la vida de mi madre. Pude salir de una parálisis de años y entregar mi tesina de Licenciatura en Filosofía, además de reencontrarme con el disfrute que me aporta escribir, pasión que había dejado de lado, al dejarme absorber por la rutina laboral.
Cada sábado encontré en Claudia y Benjamín la expresión concreta de la sabiduría: no una acumulación de conceptos, sino un saber que nos habilita para gustar el sabor de la vida.
En medio de una sociedad fragmentada por el individualismo, encontré en este curso a personas que aman aprender y compartir lo aprendido. Varias participantes vienen aprendiendo de Claudia y Benjamín desde hace años y nos compartieron a los más nuevos su pasión por este camino de humanización que es la Terapia Vincular Familiar.
Particularmente quiero destacar el espacio para el debate y el intercambio de miradas que se dio en este curso, que nos movilizó más allá de las dos horas que duró cada clase, prolongándose en un intenso intercambio de mensajes entre semana.
En la Terapia Vincular Familiar encuentro una vía de salida al laberinto en el cual nos ha metido la mentalidad individualista. A diferencia de la ilusión narcisista que confunde autoestima con creerse “el ombligo del mundo”, Claudia y Benjamín nos muestran un camino esperanzador y realista a la vez: potenciar nuestros vínculos con nuestros padres e incluso con los padres de nuestros padres, pues es en estos vínculos (tan despreciados por la miopía individualista) donde podemos encontrar la causa y la salida a muchos padecimientos emocionales que nos aquejan hoy.
Alberto Luis Alberto Luis Giuliano, Profesor en Filosofía, Psicología y Pedagogía
Testimonio de Claudia Belito Psicopedagoga.
La Terapia Vincular Familiar realmente puede cambiar vidas, o al menos reorientar sus rumbos. Llegué al curso de Terapia Vincular buscando algo más, un plus que en mi trabajo como profesional no lograba encontrar. Incluso, después de haber comenzado una segunda carrera en busca de “eso”, no había conseguido una experiencia tan transformadora como la que obtuve de la mano de Claudia y Benjamín.
Como psicopedagoga, comencé a notar que, al acompañar procesos de aprendizaje en niños, los avances se desmoronaban al enfrentar situaciones familiares complejas. Años de trabajo quedaban eclipsados por padres que no podían acompañar a sus hijos en sus progresos, que no lograban mirar las dificultades de esos niños con cariño, y que se negaban a comprender la importancia de su rol de autoridad, hoy tan desprestigiado.
Sin saber exactamente en qué me estaba embarcando, inicié un largo camino de escucha, comprensión y participación. Un curso abierto, cuya premisa principal es «nos pasa a todos». No se trata solo de una teoría para aprender e implementar, sino que va mucho más allá.
La propuesta de estos grandes profesionales es un recorrido personal, una travesía que nos lleva a ver y vivir todo en nosotros mismos. No es un camino recto ni sencillo. Como la vida misma, se trata de un entramado de historias de generaciones pasadas que nos atraviesan, y debemos desandar esos caminos para sanar. Existen enormes puentes que, a veces, desafían nuestra valentía, hasta que comprendemos que cruzarlos depende solo de nosotros. Hay túneles oscuros de los que parece que no vamos a salir, porque nos conectan con emociones que, aunque parecen propias, en realidad no lo son: son herencias, legados que nos condicionan inconscientemente. Sí, es una cuestión transgeneracional.
Leí alguna vez que nadie se salva solo, y aquí es igual. Aprendemos que no es solo nuestro, que es una carga que, en la medida de lo posible, debemos devolver a quien corresponda. No estamos solos, y no todo lo que sentimos es realmente nuestro. Claudia y Benjamín nos ayudan a trascender estas emociones y a ponernos en el lugar de adultos que pudieron ver a sus padres como guías y protectores, algo que, hoy en día, nuestros hijos reclaman a gritos.
Testimonio Moira Lee Ovalle. Psicóloga Clínica Infanto-Juvenil. Especialista en Familia. Santiago, Chile. Noviembre 2024
A través de estas palabras, primero agradecer infinitamente a Claudia y Benjamín por la oportunidad de participar y profundizar en el curso intensivo de Terapia Vincular Familiar, 2024.
Es la segunda versión que realizo con ellos, Claudia y Benjamín entregan testimonio de su sabiduría, experiencia, lucidez, generosidad, calidez humana, son Grandes Maestros. En esta experiencia formativa me doy cuenta de que al igual que las capas de una cebolla, he continuado removiendo capas vivenciales, enriqueciendo y profundizando cada día más en lo personal y en lo profesional acerca de este Enfoque Vincular Familiar.
En lo personal me han ayudado a descubrir el valor de reconectar con el vínculo de un padre ausente, expulsado de mi pensamiento y su historia transgeneracional, a resignificar y recuperar mi lugar de hija desde la conexión emocional y por tanto a comprender lo que pudo y no pudo entregar como padre en una mirada más comprensiva, flexible y real. Ello ha generado gran alivio frente a la propia hiperexigencia y autosuficiencia emocional, lo que evidentemente trasciende a los vínculos actuales con mi propia familia.
Al mismo tiempo en lo profesional, ha sido muy enriquecedor contar con elementos teóricos que sustentan el abordaje clínico con los pacientes y estrategias innovadoras que responden positivamente frente a las sintomatologías de quienes consultan mimetizados por sus propias historias, fortaleciendo las figuras parentales protectoras y construyendo nuevos modelos de autoridad. Muy especialmente desde mi rol de terapeuta poder empatizar, comprender el dolor y la necesidad de alivio en el acompañamiento terapéutico, gracias a que he vivenciado en lo personal un camino de reconexión, reparación y sanación de mis propios vínculos.
Además, cabe destacar la presencia y participación del grupo curso, que desde la diversidad de personas, experiencias y conocimientos constituye un valioso aporte al curso. ¡¡Muchas gracias!!
Aportes de la Terapia Vincular Familiar a la Psicomotricidad y al Diplomado en Psicomotricidad de la Universidad del Desarrollo en Chile
Testimonio de Mg. Patricia Nieto Basaure y Dra. Josefina Larraín Valenzuela, psicólogas, terapeutas vincular familiar y psicomotricistas, docentes a cargo del Diplomado en Psicomotricidad de la UDD.
La psicomotricidad es una profesión, cuya práctica y técnica terapéutica está basada en una visión global de la persona, integrando las interacciones cognitivas, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y expresarse en un contexto psicosocial (Forum Europeo de Psicomotricidad, 2004). A su vez, el juego espontáneo del infante es por excelencia su forma de comunicar. Sabiendo lo anterior y reconociendo que el niño o niña comunican y tramitan sus conflictos naturalmente a través del juego (Winnicott, 2006) pude experimentar gracias a la formación que realicé en Terapia Vincular Familiar (TVF) (Messing, 2020) dictada por Claudia Messing y Benjamín Zarakín, enriquecer nuestro quehacer profesional, al incluir a las familias en las sesiones a jugar y conversar, lo que necesitasen. Vivenciar el gran aporte que significaba “ocupar el lugar de hijos” (Messing, 2010), observar el cambio profundo en el psiquismo humano con la “simetría inconsciente” (Messing, 2010), la dificultad con la empatía y la tendencia hacia la “desconexión emocional” y como todos estos conceptos, además de otros medulares de la TVF, facilitaban o bloqueaban que los integrantes del sistema familiar no ocuparan sus propios lugares, los hijos utilizando el lugar de hijos, los padres los suyos, a la vez que hijos de sus propios padres, aumentando la capacidad de diferenciación, de empatía y de conexión emocional e incluso en ocasiones observando situaciones transgeneracionales.
El proceso terapéutico descrito contribuyó a un abordaje terapéutico más efectivo, por la profundidad que plantean los pilares de la TVF y porque se llega simultáneamente a los integrantes de la familia. En este sentido, es que en Chile se realizó una investigación de estudio piloto con la Beca Nacional Doctoral con el CONICYT Nº 21181127, del Ministerio de Educación (Larraín- Valenzuela, J.; Aspé, M.; Vergara, R.; Nieto, P.; Palma, A., 2019) la cual tenía como objetivo evaluar el efecto de la TVF y la Psicomotricidad terapéutica grupal, en niños de 5 a 9 años con TDAH, en la capacidad autorregulatoria, con el fin de mitigar los síntomas y promover mayor adaptación (Barkley, 1997,2001). Los análisis estadísticos tras un Modelo de Regresión lineal mixta, que permitió evaluar el efecto de las intervenciones con 16 familias, reportó con cambios estadísticamente significativos que cuando los/as niños/as participaban primero en la terapia psicomotora clínica grupal y, luego los padres y las madres recibían terapia vincular familiar, disminuía la conducta de hiperactividad en los niños/as porque existía un incremento de la capacidad autorregulatoria, entre otras conclusiones de relevancia.
Actualmente, se sigue investigando la capacidad autorregulatoria en niños con Trastorno de la Conducta Alimentaria a través de un Fondo Nacional de Investigación en Salud FONIS Nº SA23I0167, donde se realizan intervenciones tanto a los/as niños/as de terapia psicomotora clínica grupal, los padres y madres asisten a TVF a cargo de una psicóloga formada en este modelo de Messing y Zarakín.
A la luz de los positivos cambios clínicos apreciados desde las consultas de cada uno de los profesionales formados en este Modelo Terapéutico y desde los hallazgos de estas recientes investigaciones, es que, con la Dra. Josefina Larraín Valenzuela, decidimos incluir en la malla de asignaturas en el diplomado de Psicomotricidad impartida en la Universidad del Desarrollo, en Santiago de Chile, las bases teóricas de la Terapia Vincular Familiar (Messing, 2020).
(Escrito por Mg. Patricia Nieto Basaure y Dra. Josefina Larraín Valenzuela, psicólogas, terapeuta vincular familiar y psicomotricista).
Aportes de la Terapia Vincular Familiar a la Salud Publica. Por Elizabeth Layseca. Trabajadora Social. Psicóloga Social. Coordinadora GIA
La Terapia Vincular-Familiar y una experiencia en la Salud Pública
En mi historia personal y laboral la pertenencia y participación en grupos y en equipo han sido inquietudes que me han motivado a la búsqueda de marcos teóricos y operativos que expliquen y fundamenten la importancia de los vínculos familiares y sociales en nuestra vida.
Desde allí tuve la oportunidad de aprender con Claudia Messing que fue mi Coordinadora en la Escuela de Psicología Social (1988). Luego como paciente en los grupos terapéuticos de la Organización Vincular también con Benjamín Zarankin y Nora Mares.
Las capacitaciones en Orientación Vocacional y Ocupacional y de la Terapia Vincular Familiar en distintas etapas han sido un aporte iluminador en la tarea de todos estos años en el Campo de la Salud Mental Pública, en particular, en la experiencia en Buenos Aires y en otras provincias, de los Grupos Institucionales de Alcoholismo GIA.
En 1992 comencé a coordinar un equipo que inicia la experiencia del GIA en el Hospital Público de Wilde en Avellaneda y en el 2007 en el Hospital Narciso López de Lanús. Este Modelo de Atención en la Salud Pública fue creado por el D. Jorge Pellegrini en 1984 en la Provincia de Río Negro.
El marco teórico y operativo de los GIA se basa en la modalidad de trabajo en GRUPO, en la INSTITUCION de Salud Pública, reconociendo el ALCOHOLISMO como enfermedad prevalente en la población, tratable y recuperable.
Los Grupos son abiertos, con participación de los afectados directos, la familia y allegados, que se incluyen en un proceso hacia la salud, basado en los vínculos y apoyos indispensables.
En esta construcción del equipo interdisciplinario de salud es en que la Terapia Vincular familiar y su enfoque trans-generacional, desarrollado por la Lic. Claudia Messing y el Dr. Benjamín Zarankin, permite profundizar y comprender los procesos vinculares.
Las Capacitaciones y Cursos realizados por los equipos en TVF, la comprensión del Proceso de Simetría inconsciente, permiten a los profesionales, realizar intervenciones eficaces. El reconocimiento del lugar de hijo/a, la función paterna y materna son conceptos fundamentales en la reconstrucción de los vínculos dañados y el fortalecimiento de la decisión de superar el consumo problemático de alcohol y otras sustancias.
Toda persona afectada por una dependencia a las sustancias, necesita resignificar su historia familiar, descubrir sus raíces y fortalecer su identidad; los conceptos y las herramientas de la TVF son esenciales en este proceso.
Siento un profundo agradecimiento y admiración a Claudia y Benjamín por su constancia en la investigación y descubrimientos, que van profundizando y analizando los padecimientos incluyendo el contexto. Gracias por su acompañamiento y dedicación al proceso de salud de las familias, entre ellas, la mía.
Aportes de la TVF a la Re-Vinculación Parento-Filial .Testimonio sobre la aplicación de la TVF en los procesos de re-vinculación parento-filial: Por Noemi Cristina Calvo, Titular del Centro Psyforis de Madrid 2.noviembre 2024
El enfoque de la Terapia Vincular Familiar resulta de mucha utilidad para abordar las problemáticas de desvinculación parento-filial en los procesos de separación y divorcio altamente disfuncionales y judicializados, en los que a menudo se detectan situaciones de desvinculación afectiva de los hijos con uno de los progenitores. Esta situación genera una problemática vincular severa cuando los hijos menores de edad están impedidos de establecer contacto con alguno de sus progenitores, habiéndose valorado previamente y de manera exhaustiva a la familia para descartar la existencia de situación de riesgo alguna, constatándose que la verdadera situación de riesgo para los hijos es la privación emocional que implica la obstrucción del vínculo con una de los progenitores y su familia extensa, por parte del progenitor/a que ostenta la Guarda y Custodia de los hijos, y como consecuencia de graves conflictos no resuelto en el proceso de desvinculación afectiva de la pareja parental.
En los procesos de re-vinculación filio/parental, se incluye a ambos progenitores y a los hijos con el fin de recuperar el contacto madre/padre e hijo/a, sino también el restablecimiento de la co-parentalidad y la co-responsabilidad en todas las áreas vitales de los hijos menores de edad.
La terapia vincular también ayuda a los padres a identificar y gestionar sus propias experiencias provenientes del rol de hijos, lo cual puede estar afectando al ejercicio de su función parental. Se intenta promover procesos de cambio cognitivos, afectivos y de comportamiento en los progenitores que posibilitan el sano ejercicio de la parentalidad en beneficio de los hijos y de la vida emocional de los padres.
Es oportuno recordar que en estos casos la Terapia Vincular contribuye con los derechos de los menores afectados, dado que impedir el vínculo paterno-filial es un trato abusivo considerado una forma de maltrato infantil, contemplada en los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, según lo establece la Convención sobre Los Derechos de los Niños. Tratado internacional de las Naciones Unidas, firmado el 20 de noviembre de 1989 y en vigor desde el 2 de septiembre de 1990). Noemi Cristina Calvo www.noemicristinacalvo.es
Aportes a la Orientación Vocacional. Testimonio de Sonia Amaro. Orientadora Vocacional.
Soy Profesora de Psicología. He trabajado en Orientación vocacional desde que me recibí, hace más de 25 años. He dado clases en el ámbito de la Escuela Media y la Universidad pública. Y he dictado talleres para adolescentes en distintos espacios.
En mi búsqueda constante por aprender más y ajustar mi práctica a las necesidades que iban surgiendo en las personas que llegaban a mis espacios profesionales, me encontré con un libro de Claudia Messing que cambió mi perspectiva de las cosas y me abrió un nuevo mundo de posibilidades. El libro en cuestión se llama «Desmotivación, insatisfacción y abandono de proyectos en los jóvenes» (Noveduc-2007). Y para quienes trabajamos en Orientación, es francamente: EXCEPCIONAL y visionario.
A partir de allí, logré comunicarme con Claudia, y comenzar un camino formativo en TVF que hizo de mí, y aún lo sigue haciendo, otro ser profesional y una persona más dispuesta a aceptarse y a aceptar al otro, con todo lo que ello implique.
Comencé a indagar a los asistentes a OV desde la perspectiva de lo vincular-familiar, y pude corroborar todas las hipótesis y conclusiones que Claudia iba desarrollando en todas sus obras. Sentir en los asistentes a los talleres y entrevistas de OV, el alivio en sus rostros, en su postura corporal, pero sobre todo en los modos de comunicarse y vincularse con sus Otros significativos en lo cotidiano, es altamente sanador para ellos, y también para mí como Orientadora y Terapeuta en formación permanente.
La TVF también me permite llegar a los padres de mis consultantes con otro soporte y otro nivel de acompañamiento para que puedan dar curso a las múltiples implicancias que se disparan cuando un hijo se vé en situación de tener que elegir un proyecto a futuro que lo abruma, lo estresa y lo exhalta; a la vez que lo angustia y muchas veces, lo enfrenta a sus padres. Brindar herramientas para saber comunicarse, acercarse, aceptar las propias limitaciones y comprender que la SIMETRÍA INCONSCIENTE opera como estructura que determina conductas y explica motivaciones y desencuentros, definitivamente habilita a sostener con solvencia, y pruebas contundentes, los innumerables aportes de la perspectiva de la TVF a la práctica profesional y a la vida cotidiana en general.
Es útil para padres, colegas, hijos, maestros, jefes…
Los cursos de TVF y la Escuela para padres, resultan puntos de comunicación, de compartir experiencias, de enriquecerse con los testimonios de otros que atraviesan situaciones similares, y una maravillosa vivencia de sentirse acompañado y respaldado en el quehacer profesional diario y en la vida.
Seguramente tengo mucho más para decir sobre cómo encontrarme con Claudia Messing y todo lo que ella sigue desarrollando y compartiendo, no es en vano en mi vida y le estaré, siempre, profundamente agradecida.
En mi trayectoria personal, el vínculo con mis padres, mi manera de verlos, de significarlos, de aceptarlos y amarlos, ha cambiado muchísimo gracias a todo esto. Volver a diario, a buscar mi lugar de hija, ha sido renovador y sanador. Al igual que me permitió, directamente: asumir otro posicionamiento como mujer y también, como madre de mis hijos. Esto y mucho más, es lo que hoy es la TVF en mi vida. Enorme abrazo. Sonia Amaro. Orientadora Vocacional 2 de noviembre 2024
Aportes de la TVF a la pediatría. Por Estela Grad. “Especialista en Desarrollo Infantil Temprano. M.N. 61.210:
“Las preguntas que no hacemos”
Soy pediatra desde hace 41 años. Lo habitual en la práctica pediátrica, y según nuestra formación, es focalizarnos en el niño, y eventualmente derivarlo a Psicología cuando nos encontramos con trastornos conductuales o síntomas repetitivos a los que no es posible atribuirles una causa orgánica o un trauma reciente en su entorno. Es común que esta derivación finalice con un “el niño está bien”, no aparece un motivo para trabajar terapéuticamente.
A partir de conocimientos aportados por la terapia vincular familiar comencé a indagar en la historia del papá y la mamá del niño. Específicamente en los vínculos con sus propios padres y situaciones traumáticas que hubieran vivido en el pasado y no hubieran sido habladas en el ámbito familiar dándolas a conocer al niño. Aparecen traumas en la madre y/o el padre (pérdidas, desarraigos, etc.) que sucedieron a una edad similar a la del niño en el momento en que comienza con los síntomas: miedos, fobia a la escuela, repetición inexplicable de síntomas clínicos, etc. Al poder buscar antecedentes en la vida de padres y abuelos se abre un camino posible de comprensión del cuadro, y se habilita a hablar de lo que permaneció oculto para recibir ayuda terapéutica oportuna.
Aportes de la Terapia Vincular Familiar al equipo de niñez, adolescencia y familia de la Municipalidad de San Cristóbal, Pcia de Santa Fé . Por Gisela Barbero
Durante años se abordaba las cuestiones psicológicas de las problemáticas desde un abordaje clínico convencional, que suele centrarse en el individuo y sus síntomas, cuando me incorporé al equipo que cuenta con la presencia también de un abogado el Dc. Gatti entramos a observar que siempre se trabajaba con el niño que sufría el maltrato y los padres no se trabajaban o no sostenían las intervenciones y se volvía a replicar las situaciones de violencia con los hijos restantes y así sucesivamente, por ende, empezamos a incorporar la Terapia Vincular-Familiar (TV-F) que aborda a la familia como un sistema donde cada miembro y vínculo influye en el bienestar general se observó que en lugar de enfocarse únicamente en conductas o patologías, la TV-F trabaja en la desconstrucción de mandatos familiares y en el reconocimiento de patrones de crianza autoritarios que conducen a la violencia intrafamiliar, promoviendo una crianza respetuosa. Este enfoque permite a los padres sanar sus propias experiencias como hijos, facilitando así roles parentales saludables y diferenciados. Además, el concepto de contagio emocional y la claridad en los roles de cada miembro fortalecen los vínculos y reducen tensiones. La presentación del proyecto “Crianza Respetuosa”,ante el consejo de la ciudad, fue recibida la propuesta con entusiasmo,la misma, resalta la efectividad de la TV-F en transformar la dinámica familiar hacia relaciones más sanas y prevenir la violencia, posicionándose como una estrategia sostenida en el tiempo que va más allá del tratamiento individual para promover el bienestar colectivo. Gisela Barbero, integrante del Equipo de niñez, adolescencia y familia y del equipo Interdisciplinario de género e igualdad de la municipalidad de San Cristóbal. Localidad San Cristóbal ,Provincia Santa Fe
Aporte a Terapeutas de otras corrientes. Testimonio de Victor Baltazar. Terapeuta familiar sistémico residente en Mexico.
En 2014 vi por primera vez un video sobre los conceptos centrales de Claudia Messsing, en la que explicaba de manera muy clara parte del malestar cultural derivado de la relación simétrica entre padres e hijos que no daba estructura contenedora a la relación. De inmediato busqué sus libros que no se editaban en México pero que por fortuna pude conseguir. Pensé en ponerme en contacto con ella para preguntar por algún curso intensivo sobre sus propuestas, pero no hubo necesidad, ya qué Claudia lanzó una publicación en Facebook en la que impartiría Junto con su esposo el psicoanalista Benjamin Zarankin un curso intensivo en enero del 2015, veía un poco de complicaciones económicas, ya que en octubre de 2014 había ido a Italia a otra formación académica con Mauricio Andolfi, aun así me inscribí y viajé de la Ciudad de México hasta Buenos Aires para hacer el curso de Orientación vocacional y ocupacional con abordaje vincular familiar. Entendí con Claudia y Benjamin que el amor bien situado en el que los padres fungen como padres y los hijos se ejercitan en su rol de hijos desde un esquema de autoridad parental cálida y reflexiva, generan las estructuras relacionales y emociónales necesarias para la buena funcionalidad familiar, además de dar fuerza a los largos y complejos caminos de progresiva autonomía que le dan cause a los procesos de individuación a los hijos.
Esta formación para mí fue una experiencia muy sanadora y enriquecedora, como profesional y principalmente como persona.
Más que una formación, fue también una experiencia personal, que nos invitó a reconectar, recuperar y resignificar nuestros vínculos; con una mirada compasiva para con nuestra propia historia y la realidad de cada uno. Realmente hermoso! Gracias Claudia y Benjamín por elegir explorar, estudiar, conocer y compartirnos este camino tan vivencial por sobre todo. Gracias a cada uno de nosotros por habernos entregado a este aprendizaje y compartirnos un poquito de nuestra historia en este grupo tan hermoso! Un placer esta experiencia a nivel profesional y personal. Brindo por seguir creciendo y aprendiendo juntos! Un cariño enorme para ambos! Gracias, gracias, gracias!
El curso de Terapia Vincular-Familiar, la Supervisión, la participación en SATF, y todo aquello que comparto en contacto con Claudia es una fuente inagotable de motivación para mi tarea como Psicóloga y también para mi desarrollo personal. Es imposible realizar el curso sin mirarse, sin auscultarse, sin vivenciar profundamente, cada frase, cada palabra, cada gesto. A los conceptos conocidos y comprendidos como el de Simetría entre padres e hijos, Función Paterna, Recuperar la Función de Hijo… este curso despertó mi interés por la noción de: “Posición de Víctima”, que seguiré pesquisando y analizando en el trabajo con les pacientes. Teoría y práctica de la Terapia Vincular-Familiar serán los insumos primarios de mi tesis de doctorado en la cual propongo describir y aportar evidencia empírica a una técnica aprendida junto a Claudia y Benjamín, que consiste en la participación de los padres en la terapia de los hijos adultos. Como paciente, como alumna, como colega, como doctoranda, Claudia es mi referente intelectual, emocional y moral para quien tengo mi más sincero y profundo agradecimiento.
Soy María de los Ángeles, psicóloga especialista en niños y adolescentes y Terapeuta Vincular Familiar. Desde el año 2000 que me formé con Uds. (en forma presencial y súper vivencial e intensiva en todos los aspectos), mi forma de abordar la psicoterapia y sobre todo la «escucha» del paciente cambió rotundamente. El concepto de Simetría inconsciente en mi caso, vino a explicar tantas trabas o retrocesos en la terapia individual. La palabra ALIVIO es lo primero que para mí define lo que se genera (porque es mucho más que un insight cognitivo), cuando se trabaja la simetría y se reubica cada integrante de la familia en el lugar propio y único. Que el paciente pueda resolver sus conflictos o tramitar sus sentimientos en forma «sanita» tiene que ver con señalarle y recordarle, en cada paso de la terapia, que sólo podrá con los suyos… y a devolver los prestados!! Yo uso mucho la imagen de las mochilas en la espalda, para reconocer los pesos propios y los ajenos que siempre invito a repartir a quién le corresponda. En resumen es el abordaje más sano, realista, con buenos resultados y a largo plazo que desde mi experiencia… siempre recomiendo!! Un abrazo super super apretadito para todos los que estamos en este hermoso cambio y camino!!
Lucila Albano. Mi testimonio es que la formación me resultó extremadamente valiosa, me permitió sortear muchos de los «bloqueos» y «trabas» que mis pacientes me presentaban y que para mí eran vividos como desafíos. Gracias a este aporte el cual me brindó nuevos términos, una nueva estructura psíquica a conocer y enfoques transgeneracionales, mágicamente al aplicarlo y que los pacientes «comprendan», el alivio aparecía y el avance era notorio. Agradezco tu entrega, generosidad y sencillez como la de Benjamín, quien aportó excelentes ejemplos que resultaron muy didácticos como también, su empatía y antena para sentir y poner en palabras mucho de lo que los nosotros sentíamos. Me llevo que la conexión emocional trasciende la virtualidad y cuando hay ganas, todo es posible. MIL GRACIAS y FELIZ de haber participado.
Noelia Virginillo. Tuve la posibilidad de participar en el Curso Intensivo de Formación en Terapia Vincular-Familiar y fue una experiencia muy enriquecedora desde lo profesional, pero también desde lo personal ya que se toca la temática de los vínculos, de los cuales ninguno de nosotros está exento. Los aportes teóricos me resultados innovadores, me aportaron una mirada distinta y precisa sobre la manera de abordar todo tipo de problemáticas actuales. Pude descubrir y ratificar ideas como: La importancia de lo que se transmite transgeneracionalmente y de aquello no dicho o no elaborado que genera síntoma y sufrimiento; La internalización de las funciones materna y paterna en la infancia y en la adolescencia como base de un buen desarrollo de todos los aspectos de la vida; La necesidad de adoptar maneras diferentes de autoridad frente a niños que se sienten de igual a igual con los adultos; La importancia de validar y legitimar los sentimientos y emociones a través de una comunicación efectiva; La posibilidad de poner límites y transmitir que las limitaciones nos exceden a todos y hay que aceptarlas y encontrar maneras creativas y sanas de seguir adelante; entre otras tantas ideas y aportes valiosos! Muchas gracias Claudia y Benjamín por su gran aporte y sobre todo por su calidad humana a la hora de transmitir sus conocimientos y experiencias!! Seguiremos en contacto!!! Un placer participar del curso.
Gisela Barbero. Soy Gisela Barbero y hace unos meses por curiosidad y porque siempre me interesó la Terapia Vincular encontré en las redes la formación en Terapia Vincular-Familiar con los grandiosos Claudia y Benjamín, mi experiencia fue increíble, conecté desde mi primer encuentro pudiendo ponerle palabras y explicaciones a un montón de situaciones y vivencias a nivel personal y profesional que veía que sucedían y no sabía el por qué… la terapia Vincular Familiar y la teoría de la simetría han sido un descubrimiento que me ha cambiado la vida, mi mirada y no solo tomo como una terapia profesional para plantear en mi trabajo lo tomo como un paradigma de mi vida, transmitiendo por todos lados en cada aspecto de mi vida mi descubrimiento de este tipo de terapia… Siempre fui una convencida que tenía que existir una terapia donde se trabaje el vínculo familiar y Claudia y Benjamín y su equipo la han creado… como dice Claudia es una terapia vanguardista… pero sumamente necesaria para comprender y abordar las problemáticas actuales que atravesamos cómo sociedad. Me llevo una excelente experiencia y conocí profesionales y personas increíbles, mi idea es seguir profundizando en este tipo de terapia ya que me identifico muchísimo.
Ana Beatriz Pino. El curso de Terapia Vincular, resultó ser una experiencia enriquecedora en varios aspectos, desde lo personal, atravesando emociones íntimas y como profesional el trabajo clínico se ve enriquecido con aspectos nuevos de escucha, con el agregado de las experiencias y aportes de los integrantes del grupo, y como para destacar el conocimiento que saben transmitir Claudia y Benjamín conceptos teóricos complejos de manera clara y amable, con el aplomo que da el saber y la experiencia de un largo recorrido de investigación y compromiso. Es un curso altamente recomendable para profesionales y aquellos interesados en el desarrollo humano. Gracias infinitas.
Andrea Silva. El curso fue muy fortalecedor en cuanto a lo profesional y personal. Sumando modalidades de intervención en el abordaje vincular-familiar aprendiendo junto a Claudia y Benjamín porque así se siente con mucha humildad y muy cerca. Es mí segundo espacio de aprendizaje, el primero fue la formación en Orientación Vocacional donde me reencontré con mí lugar de hija y fue inmensamente sanador. Y ahora en esta segunda etapa de formación, ya madre, pude revisar nuestros vínculos familiares. Cómo también en cada encuentro pude ir reflexionando con las diferentes situaciones, vivencias de mis pacientes y poder descubrir formas de acompañarlos a ellos y sus familias terapéuticamente. Cómo siempre expreso: inmensos profesionales, mucha experiencia para transmitir, como también humildad y empatía como formadores. ¡GRACIAS!
Tamara Costa. El curso de Terapia Vincular es una experiencia enriquecedora desde lo personal y profesional brindado de la mano de Claudia y Benjamín que a través de su experiencia y expertiz nos van transmitiendo herramientas que podes aplicar en cualquier ámbito de tu vida. Es un viaje donde los sentidos se agudizan, la escucha, la observación, la introspección, la empatía están presente en cada encuentro permitiéndote hacer un recorrido interno mirando al pasado, trabajando en el presente con miras al futuro. Es un curso que recomiendo por el enfoque en el desarrollo humano.
Valentina Álvarez García. Después de la pandemia, comencé el curso por interés en la metodología empleada por Claudia Messing y Benjamín Zarankin, y con la única experiencia previa de haber sido paciente de ambos: es decir, no soy terapeuta ni docente, como la mayoría de los participantes que buscan herramientas para entender y poder interactuar a los niños y jóvenes y sus problemáticas. Saliendo de la pandemia y en medio de una (siempre movilizante), mudanza de país, el curso me resultó una herramienta muy valiosa; me permitió enfrentar dilemas familiares y minimizar conflictos. Ante todo, me permitió incorporar un lenguaje y un trato distinto (y más efectivo) con mis hijas y me dejó una enseñanza: explicar menos, dar menos órdenes, menos consejos, menos miedos y dejar que el amor hable más fuerte en la crianza de los hijos. No podría estar más satisfecha y agradecida con Claudia y Benjamín: mi vida mejoró y mi percepción de las dinámicas familiares -mías y ajenas- dio un salto de calidad. Así que súper recomiendo a todos los profesionales que realicen está formación que no solamente aporta información y conocimientos y entender sino que la calidez humana de Claudia y Benjamín se contagia. Sin extenderme más millón de gracias por cada encuentro… por cada palabra, intervención y por tener esa enorme humildad de enseñarnos y transmitir sus saberes sin juzgarnos!
María del Carmen. Decidí apuntarme al curso sobre Terapia Vincular con el objetivo de crecer en el ámbito profesional y poder implementarlo en terapia. Ha sido muy gratificante haber cumplido este objetivo e introducir en las sesiones familiares e individuales todo lo aprendido, pero además de ello he podido realizar un recorrido personal. Es una formación actualizada donde a través del vínculo familiar se pueden abordar las problemáticas actuales de la sociedad. Destacar que he realizado el curso desde España y por trabajo no he podido conectarme a todas las sesiones por lo que ha sido muy positivo contar con las grabaciones. Me gustaría agradecer a Claudia y Benjamín su dedicación, nos han contagiado las ganas de seguir aumentando la formación en este ámbito tan importante.
Teresa Rojas. Transitar este tiempo en el curso de formación en terapia vincular-familiar que llevaron adelante, fue muy bueno por la manera que lo propusieron, el marco teórico y la forma que se fue entretejiendo. Con las experiencias que se pudieron compartir, por tu posicionamiento y de Benjamín, por esa capacidad de dar y de llegar al otro, sobre todo en este tiempo, desde la virtualidad, pero espacio al fin, a partir del cual se fue estableciendo un puente de encuentro desde tu lugar y el propio de cada uno, en base a las vivencias, las motivaciones, historias, en pos de la formación profesional. Saludos y hasta siempre.
Andrea Elikir. Me permite integrar el conocimiento transgeneracional con el aquí y ahora. Brinda la posibilidad de «abrazar» a los ancestros y devolverles lo que es de ellos: enojos, frustración, secretos, para retomar el propósito personal dentro del ámbito familiar. Atraviesa lo personal, lo profesional al unísono. Se sana, se ve, se comparte, se integran lo propio y lo ajeno. Enriquecido por las anécdotas y testimonio de los compañeros, llenos de humildad y entrega, compartiendo de manera espontánea, sincera, cotidiana. Guiados por el conocimiento y la transferencia sumamente generosa, amorosa, desde una escucha atenta, interesada y abierta por parte de Claudia y Benjamín. Muchas gracias por este «encuentro», en todo sentido, repartido en varias veces.
María Lucía Saumell Beggs. No quería dejar pasar la oportunidad de mencionarles mi experiencia en el curso. Fue super enriquecedor, tanto a nivel profesional como personal.Como saben, me especialicé en clínica de niños y adolescentes, por lo que el trabajo con las familias siempre está dentro del panorama a trabajar. Y poder sumar los conceptos que imparten desde la Terapia Vincular-Familiar les aseguro que expandió mis horizontes de intervención. A nivel personal, me dio muchísimas herramientas para poder pensarme y pensar a quienes me rodean. Abarcar lo que ustedes proponen es algo hasta ahora “desconocido” para mí, por lo que me abrió a nuevas posibilidades. Muchísimas gracias por la calidez y la claridad en todo lo que vimos! UN SALUDO ENORME y ojalá nos veamos pronto!
Maria Jose Craviotto de Falus. Si bien hace bastantes años que vengo formándome en la Terapia Vincular-Familiar, el curso de este año marcó una gran diferencia. Significó una gran profundización, adentrarse en nuevos desafíos y descubrir y descubrirme más segura en la tarea terapéutica. Y la presencia y aporte de profesionales de diferentes lugares con miradas diversas enriqueció mucho los encuentros. Un GRACIAS enorme, como siempre, a mi querida maestra Claudia y a Benjamín, por supuesto.
Sofia Altobelli Di Pasquo. Quería agradecerles por la claridad, la profundidad, la generosidad y el cariño con el que llevaron adelante el curso y el clima que se generó con todo el grupo. Me alegró mucho tener la posibilidad de hacer la formación online y a pesar de no haber estado presente en el momento de los encuentros, me sentí de alguna forma parte de la trama y me ayudó mucho a pensar situaciones personales y de la práctica clínica a través de la teoría, con tantos años de desarrollo e investigación y de todos los casos que iban aportando ustedes y los compañeros y compañeras, fue realmente muy enriquecedor e inspirador. Siento que este es un comienzo; no me había pasado con otras formaciones de posgrado el encontrarme con ganas de continuar y de formar parte de futuros espacios de supervisión. Espero poder incorporarme a los encuentros este año y compartir en vivo con todos. Muchísimas gracias Claudia y Benjamin y a todo su equipo y a todo el grupo lindo que se armó y me generó mucho entusiasmo para seguir profundizando, integrando y aplicando los conocimientos. En lo personal, a lo largo de las clases experimenté mucha calma, alivio, alegría y confianza. Felicidades y un fuerte abrazo!!
Maribel Merin S. Ser parte del curso y supervisión, como psicóloga me dio mucha seguridad y claridad al enfrentarme a mis pacientes desde el enfoque de la Terapia Vincular-Familiar, dado que agradezco a Claudia y Benjamín su enorme generosidad, confianza, claridad para transmitir conocimientos, ejemplos que me aportaron una mirada única sobre las diferentes problemáticas actuales, la importancia de la herencia transgeneracional así como lo no dicho que genera dolor y a su vez se convierte en sufrimiento. Sumergirnos en la internalización de las funciones paternas y maternas en las diferentes etapas de vida (infancia, adolescencia y adultez), abrazar lo que depositaron los padres y recuperar el lugar de hijo/a, hacen la diferencia, logrando un bienestar, gracias por compartir tantas herramientas para enfrentarme como profesional.
Milagros Zavala Bustamante. TERAPIA VINCULAR-FAMILIAR: Una mirada que trasciende.
Alex Haley fue un escritor estadounidense que escribió la saga de “Raíces” publicado en 1976, cuyo argumento se centró en la investigación de sus propios ancestros, conjugando con su imaginación para hacer de ésta una gran novela… Estas palabras de Alex Haley: “En todas las maneras concebibles, la familia es un vínculo con nuestro pasado y nuestro puente hacia el futuro”, sistematiza desde mi perspectiva, esta mirada tan profunda de la Terapia Vincular-Familiar; pero a la vez tan cercana a la realidad de nuestros niños, de nuestros adolescentes, de los esfuerzos que realizamos los padres por no equivocarnos en su crianza… y me surge la pregunta ¿dónde aprendimos a ser padres? Pues nuestro único referente que tenemos es el ser hijos. Cuántos de los recursos que los padres utilizamos en la relación con nuestros hijos, tiene sus raíces en esos vínculos que mantenemos con nuestros propios padres y ellos con nuestros abuelos, estableciéndose una red transgeneracional que es importante investigar y elaborar, cuánto hay que tejer y destejer para hacer hijos y padres más felices.
Actualmente, trabajo en el Centro psicopedagógico de dos universidades, con poblaciones adolescentes diferentes pero con características comunes: ansiedad frente a la exigencia universitaria, procrastinación, dificultad para organizar no sólo su tiempo y tareas, sino su vida misma, falta de motivación para continuar, centrados en sí mismos, con sentimientos de soledad, confusión respecto a sus carreras, temor frente al término de las mismas, algunas veces conflictos con sus padres como figuras de autoridad, con sus hermanos, amigos, con sus parejas, con dificultad para establecer relaciones recíprocas… entre otros temas que me ha tocado mirar de cerca. En estas realidades encuentro un punto en común que yo le llamaba “dificultad para establecer sus propios límites”. Cuánto de lo escuchado y aprendido en estos meses con Claudia, Benjamín y los aportes de mis compañeros, me lleva a pensar que podría tratarse más bien de un problema de “simetría” que se ha ido instaurando entre padres e hijos y que observamos en esta nueva generación, esta mimetización inconsciente con la historia no resuelta de sus padres que va modificando la subjetividad del hijo y que se ve reflejado por ejemplo en la poca tolerancia a situaciones frustrantes, en la autoexigencia y exigencia de los demás, en la actitud pasiva frente a sus metas de vida y en síntomas que se agravan a lo largo de sus vidas. En otro contexto, en mi quehacer profesional, tuve la oportunidad de trabajar en un Nido, con niños de 1 a 5 años, tuve la posibilidad de hacer intervenciones con los padres desde la consejería y grupos coloquiales y en ocasiones vi como una línea de tiempo en la que se podría predecir lo que vendría después. Teniendo en cuenta la particularidad de las historias y salvando las diferencias, en ocasiones me preguntaba, por ejemplo: “¿será que, si esta conducta que presenta Luisito en el Nido, no se trabaja de la mano con sus padres en términos de la coherencia y de la claridad de los límites, podría terminar como lo que sucede con Manuel en la universidad?”. En ese tiempo ese ejercicio resultaba interesante y valioso para mis intervenciones, sin embargo, hoy puedo encontrar que la mirada estaba focalizada sólo en el aspecto conductual, siendo necesario incidir en aquel momento que hubo “el quiebre”, en la reconexión emocional de los padres, que permite el reconocimiento del lugar afectivo de hijo y aquí traigo una frase de Claudia que me deja pensando: “cuando renunciamos a expresar nuestras emociones, absorbemos aquellas que no nos pertenecen”. Que entiendo, vamos reproduciendo en nuestros vínculos actuales, con nuestros hijos, con nuestras parejas, en diferentes contextos. Es desde la mimetización inconsciente donde la “simetría” se hace evidente, la no diferenciación, la confusión de roles, los sentimientos de soledad, debido a que los padres no han sido incorporados como figuras protectoras.
La Terapia Vincular-Familiar, propone la necesidad de conectar con aquellas vivencias dolorosas y expresar los sentimientos que de ellas se desprenden, de una manera cálida y respetuosa, permitiendo un cambio que se sostiene en el tiempo en la medida que se le devuelve a su lugar de origen, a quien corresponde, allí donde se dio la situación traumática. En este camino, encuentro aún mucho que analizar, mucho que repensar y elaborar no sólo desde la teoría sino desde mi propia historia, es en esta búsqueda donde siento que la Terapia Vincular-Familiar sostiene una mirada que trasciende las generaciones.
María Guadalupe Salom. Aplicación de la Terapia Vincular-Familiar a los procesos de Orientación Vocacional en Eureka!
“Elegir la carrera me despierta demasiados sentimientos. Uno de ellos es una angustia terrible, ya que es algo para toda la vida y a lo que te vas a dedicar, además que es un cambio abrupto comparado con el colegio, es una etapa de la vida que comienza y te da terror. También me da mucho miedo e incertidumbre, quiero elegir algo que me guste pero a la vez tenga salida laboral, algo con lo que pueda sentirme cómoda y que me de puertas para en un futuro irme al exterior” – M. M. B.
Los procesos de toma de decisiones pueden tener su complejidad en todo momento de la vida; requieren presencia, análisis y conexión. Aún más la elección de la carrera, la cual suele ser percibida como un momento de quiebre en la proyección a largo plazo de la mayoría de las o los adolescentes. En los últimos cuatro años como psicóloga dediqué mi práctica profesional exclusivamente a acompañar los procesos de Orientación Vocacional de adolescentes, en general de 16 a 22 años. En la gran mayoría de los encuentros puedo observar cómo características de esta época y de la vivencia del mundo de ellos o ellas suman un importante monto emocional a la decisión.
“Tengo un poco de miedo ya que de mi decisión dependen mi futura familia y mis próximos 50 años de vida más o menos”, menciona en una sesión Joaquín. En otro encuentro, Sol expresa con angustia: “Esto es algo que siempre he considerado la decisión que comenzaría mi vida aunque al mismo tiempo eso me aterra y me da miedo equivocarme”.
Así, la práctica del día a día acompañando adolescentes deja entrever de manera empírica la sobreexigencia, el temor e incluso el enojo frente a la posibilidad de equivocarse, la necesidad de poder ser autosuficientes y desde allí cierta dificultad para aceptar sus propios límites. En consecuencia la inquietud, la angustia, el miedo, la ansiedad y la preocupación se presentan como monedas corrientes en mi espacio de trabajo. En concordancia con lo estudiado en estos meses, observo cómo el estar posicionados o posicionadas en un lugar de simetría dificulta tanto la elección de la carrera como la posibilidad de entregarse a un proyecto o sostener su decisión. Incluso más allá de la elección de la carrera, en el registro personal que ellos o ellas hacen de su forma de estar en el mundo, son capaces de reconocer muchos de estos aspectos. Algunos o algunas hacen referencia a cierta tendencia a sentir nervios frente a su desempeño, otorgando un gran peso a la mirada de las otras personas. Sienten además importantes niveles de frustración, estrés o enojo cuando “las cosas no están bien hechas”; sienten inseguridad en sí mismos o mismas; puede llegar a enojarles las diferencias en el pensamiento o las expectativas de otras personas (lo que esperan vs. lo que ocurre), entreviéndose cierta dificultad para diferenciarse. También les resulta costoso en diferentes casos encontrar afectos o apoyos donde sentir calma y seguridad, temiendo incluso a ser desplazados y sufriendo en el temor una profunda vivencia de soledad. Esto puede verse, por ejemplo, en las palabras de adolescentes que acompañé:
- No demuestro ni hablo con nadie sobre cómo me siento.
- En algunas ocasiones suelo enojarme si la otra persona no hace algo como yo quisiera que lo haga.
- Al hacer algo quiero que todo sea perfecto y eso no es posible y me termino estresando por cosas insignificantes.
- Pienso mucho en las cosas y que no confío en muchas personas. (…) me parece que no confiar tanto me mantiene seguro.
- Muchas veces espero que la otra persona haga lo que yo haría por ella…
- No me gusta que me digan que hacer. Me molesto rápido por cualquier cosa.
- A veces puedo ser muy hiriente porque no me doy cuenta de cuánto puede afectar a la otra persona.
- Siento miedo por no ser capaz de poder estudiar, recibirme o no poder adaptarme al lugar donde vaya a vivir, porque sé que no quiero quedarme en Salta.
Así también, ellos y ellas entienden como problemática la inconstancia, la desmotivación, la “vagancia”, las dificultades para concentrarse, la impulsividad, el preocuparse en vez de ocuparse, la impaciencia y también la dificultad para estructurar sus tiempos, sus rutinas o su constancia para concretar lo que se proponen. Puntualmente en los procesos que realizo no siempre existe la disponibilidad (física, emocional o temporal), para realmente profundizar en la recuperación del lugar de hijo o hija y fortalecer también la individuación de cada persona que acompaño. Sin embargo, tras la incorporación de muchos aprendizajes a lo largo de estos meses, cada vez detecto más oportunidades para generar en el encuentro la posibilidad de que ese o esa adolescente pueda poner en palabras lo vivido, expresarse a nivel emocional y comenzar a recuperar gradualmente su lugar. Así también sostener los espacios de diálogo y trabajo ya sea con mamás, papás u otras figuras de referencia, en algunos casos brinda apoyos o facilita que las y los adolescentes con quienes trabajo puedan sentirse acompañados/as. Lo que es más, que esas familias que buscan sostener desde el amor puedan también encontrar recursos para abordar o encarar desde otro lugar el vínculo en un momento de cambio y transición.
Mariela, mamá de Agustín, comentó al final de nuestro trabajo: “Muchos beneficios: en el camino de ese proceso, aprendí que debía afrontar algunas heridas para poder ayudar a mi hijo en el armado de su historia y no sabía que era tan importante. Aprendí a conocer y respetar a mi hijo… Y mi hijo aprendió que soy capaz de aceptar y respetar sus elecciones”.
Daniela, mamá de Pilar, comentó: “Creo que cumplí con lo que ella esperaba de mí, pude acompañarla en su elección, estuvimos cerca y eso para mí como mamá es lo más importante… Que ella sepa que siempre estará su mamá al lado. También mejoró notablemente su autoestima, ahora la veo segura, no solo en la carrera que eligió sino en su vida. Comenzó a tener una vida social mucho más acorde a su edad y la veo disfrutar”.
La Terapia Vincular-Familiar permite una mayor comprensión de un fenómeno que, más allá del detalle de cada caso particular, atraviesa generaciones. Brinda además la posibilidad de fortalecer a las personas a nivel individual y cultivar el amor, la unión y el apoyo en las familias. Desde un modelo preventivo, estimo podré facilitar herramientas que promuevan en las familias que acompaño una comunicación auténtica, respetuosa y afectiva donde la expresión sea el disparador para trabajar la conexión o reconexión a nivel emocional.
Marta Teresa Schnizer. El curso me permitió interiorizarme acerca de un abordaje diferencial con el que se puede trabajar en los distintos ámbitos que permita revincular con la familia, especialmente estaba interesada y cumplió el objetivo de brindarme herramientas, para poder trabajar en un proyecto solidario en un comedor donde asisten niñes con distintas carencias, las materiales se están cubriendo (comida, ropa), las afectivas hay que trabajarlas. Totalmente recomendable. Gracias.
Soledad Isse Moyano. Disfruté mucho en todo sentido la cursada… Los apuntes y tu material se transforman en una especie de «Biblia» para mí en mi diaria en el colegio y como Lic. en Orientación familiar que soy desde hace dos años. Gracias por la generosidad de los dos. No sólo es un placer escuchar todo lo que saben sino que sobre todo eso, valoro la apertura y amorosidad para compartir tantos años de experiencia acompañando personas. Eso no lo hacen todos. A su vez, para mí, fue muy lindo vivenciar ese juego tan lindo de uds. como pareja de profesionales y de vida, dialogando sus saberes con tanto respeto y cariño. Toda una experiencia presenciarlos esos sábados. Salgo enriquecida, transformada, motivada y entusiasmada en todo lo que se puede hacer para ayudar a las personas desde nuestra intervención vincular familiar. Un abrazo a los dos.